jueves, 9 de mayo de 2013

A WERT SI NOS ENTENDEMOS



A WERT SI NOS ENTENDEMOS

            Ya llevaba yo un tiempo queriendo decir algunas cosillas sobre el señor Wert en este blog y por falta de tiempo no lo he podido hacer hasta hoy que es un día “señalado” para una huelga en la enseñanza. Y es que parece que este personaje tiene la culpa de todo lo que ocurre de malo ( y que es mucho, dicho sea de paso en la educación española). Pero, si analizamos las cosas sin el apasionamiento estúpido que inyecta la política, no puedo por menos que decir lo que sigue:
            El tal Wert tiene la culpa de haber preparado una reforma en un tiempo de crisis  cuando es la peor época para reformar nada. Pero, claro, cada grupo político tiene que dejar su impronta (su cagadita, diría mejor) en la ya maltrecha educación española y nada más subir al poder lo primero que hacen es “reformar” lo reformado por el anterior. Recordemos si no al señor Zapatero que, a los cuatro días de hacerse con el poder y habiendo en este país llamado Expaña (así, con x, y que el que tenga oídos para oír que oiga) muchos y muy acuciantes problemas, ya reformó la ley que había preparado el PP aunque no era una ley mala, es más, quizás de las más inteligentes que se han hecho en estos últimos años. Pero, ante todo, reforma que algo queda.
            Wert tiene la culpa de haberse cargado el Griego y  la Cultura Clásica y de dejar en situación preagónica la Latín, asignaturas que, en otro tiempo, defendía el PP. Pero ya lo dijo don Luís de Camões: Mudanse os tempos, mudanse as vontades.
            Wert no tiene la culpa de que el prestigio social de los profesores se haya caído por los suelos en estos últimos treinta años.
            Wert no tiene la culpa de que el sistema educativo español no conozca el valor del esfuerzo personal porque, al final, se puede titular con dos o con tres pues lo importante no es lo que aprendan los alumnos sino que estén calentitos en la “guardería”. En resumen, la teoría de la silla de mi amiga María Ángeles Valencia: matriculas una silla en preescolar y, por promociones, por imperativo legal y otras zarandajas, llega hasta la Universidad.
Wert no tiene la culpa de que la figura del padre haya desaparecido de la sociedad española. Por la ley del péndulo que nos rige, se ha pasado del padre padrone al pater in phantasma .
Wert no tiene la culpa de que las familias dediquen muy poco tiempo a sus hijos y que los “abandonen” en multitud de actividades extraescolares. Ahora quieren demonizar a los deberes, pero nadie dice que los niños no tienen tiempo para hacerlos porque antes han tenido que entrenar a fútbol, ir al conservatorio, estudiar inglés y, por el camino, ir a sesiones de relajación o yoga. Un niño que llega a las diez de la noche a casa no está en condiciones nada más que de dormir y soñar con los angelitos.
Wert no tiene la culpa de que los IES se hayan convertido en lugares a donde no se va a estudiar sino, con mucha suerte, sacar un título. Para muchos, por desgracia, es un lugar de relación social y de encuentro con los amigos.
Ahora nos comparamos con Finlandia y resulta que estamos muy mal, pero esto ya viene de más de treinta años atrás y entonces saludábamos la LOGSE con alborozo y los “progres” se deshacían en elogios porque se reformaba aquella ley de un ministro del dictador . Wert tiene culpa de los suyos, pero de tantos desatinos que a lo largo más de treinta años se vienen haciendo en la educación española, no. Como me gusta decir, suum cuique: es decir, a cada uno lo suyo.  Y ya está. Quod dicendum, dixi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario