jueves, 16 de mayo de 2013

EL POETA QUE RECITABA DON ALFONSO XII


         Siguiendo con poetas que apenas se editan en España, recalé en Antonio Fernández Grilo. Este poeta cordobés nacido en 1845 fue muy conocido en su época hasta el punto de que  la reina Isabel II le pago un libro y que su hijo, don Alfonso XII, se sabía algunos poemas suyos de memoria. Como es notoria la falta de interés cultural de los Borbones cuyas aficiones  a lo largo de la historia han sido los toros, las putas y la caza ( el orden no os lo sabría precisar) me compré de viejo una antología de Grilo de la colección Los poetas y , para desengrasar de la agotadora lectura de ese medio engendro que es el Tristram Shandy, me puse a leer a Fernández Grilo.Y bueno, bien, no he sufrido ningún sarpullit  - que diría mi buen amigo Miquel Arrufat- y algunos poemas me han gustado mucho. El que escribe al mar sin conocer el mar y que le dio mucha fama también en su época; el de las ermitas de Córdoba con un ritmo muy cantable o el de la amada muerta en su juventud que a don Alfonso le recordaría a su reina Mercedes. En fin, si podéis, leed algún poemilla de este cordobés que llegó a ser Académico aunque eso a mí no me dice nada desde que llegaron tan buenos escritores como muchos de  los que, en la actualidad, pisan sus alfombras.  Este sobre el primer beso, ingenuo y sencillo, no está tan mal como le podría parecer a algún lector cargado de prejuicios.

El primer beso

En el cielo la luna sonreía,
brillaban apacibles las estrellas,
y pálidas tus manos como ellas
amoroso en mis manos oprimía.
El velo de tus párpados cubría
miradas que el rubor hizo más bellas,
y el viento a nuestras tímidas querellas
con su murmullo blando respondía.
Yo contemplaba en mi delirio ardiente
tu rostro, de mi amor en el exceso;
tú reclinabas sobre mí la frente...
¡Sublime languidez! dulce embeleso,
que al unir nuestros labios de repente
prendió dos almas en la red de un beso.






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