sábado, 14 de diciembre de 2013

VITAM QUAE FACIANT BEATIOREM...




         El bilbilitano Marcial no sólo se dedicaba a los epigramas: a veces, en medio de ellos, surgían estas reflexiones de la vida que son de lo más interesante de su obra. Este poemita y otro que publicaré en este blog en breve me han hecho la vida más feliz durante muchos años. Recuerdo que a don Miguel de Unamuno le gustaba tener este epigrama en la pared de su despacho. Luego, según cuenta él mismo cuenta -  creo que en su Diario íntimo, le acabó disgustando el último  verso. Cosas del vizcaíno don Miguel. Leedlo con paz y haced de él una pequeña escuela de vida, sin darle más importancia de la que tiene: un pequeño poema de las cosas cotidianas, esas que tanto le gustaban al maestro Azorín. Ya sabéis que los poetas gustamos de las cosas pequeñas y que, cuando morimos, como decía el maestro Dámaso Alonso, se quedan solas.

Las cosas que hacen más feliz una vida,

éstas son, afortunado Marcial:

los bienes, no por trabajo, sino por herencia;

un campo no ingrato, un fuego siempre encendido;

pleitos nunca; elegancias pocas; la cabeza sosegada;

fuerzas las justas, salud en el cuerpo;

una sencilla prudencia, semejantes los amigos;

la comida ligera, una mesa sin ornato;

una noche sobria, mas libre de cuidados;

una cama alegre y, sin embargo, casta;

un sueño que haga breves las tinieblas;

acepta ser lo que eres y no prefieras nada;

el último día ni lo temas ni lo ansíes.

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