miércoles, 30 de abril de 2014

LA GLOIRE DE MON PÈRE








Si uno tuviera el privilegio de elegir sus vacaciones,  que en la niñez por falta de albedrío y en la madurez Por otras razones es algo casi imposible, elegiría esas maravillosas vacaciones provenzales de Marcel Pagnol cuando era un niño y acompañaba a su padre y a su tío Jules a cazar les bartavelles. Sólo el viaje, tan épico como los que hacíamos nosotros a Marín  y que duraban catorce horas largas, ya merece la pena vivirse en este maravilloso libro, primero de una tetralogía, que lleva por nombre La gloire de mon père y en el que Pagnol demostró que, además de ser un gran dramaturgo, era un gran prosista. No sé si existe traducción al castellano, pero su lectura en francés me ha reportado unos días felices cazando perdices (perdón por la rima) por los montes de Aubagne.  Merci, Monsieur Pagnol et à bientôt!


No hay comentarios:

Publicar un comentario