domingo, 23 de noviembre de 2014

PUREZA CANELO




Sorprende la poesía de Pureza Canelo. En ese desnudar la palabra, llega incluso a desposeer los sintagmas del artículo con lo que esa desnudez, esa desolación, llega a su grado máximo. Es poesía de la desposesión, de un golpe de voz que hiere en lo más hondo, que nos deja con un sentido de soledad frente al mundo  al entregarnos, como brasa ardiente, la palabra en su desnudez. Pureza Canelo recorre un camino solitario, esquivo, desolado, en donde la palabra refulge con una desnudez extraña, como un canto pulido por el dolor y el amor en medio de un desierto.  Yo asistí a una lectura suya hace unos años en Ávila y, como ella misma avisó, su poesía no es para las masas. Con su lectura, avanzamos por un universo hostil, pero, al final, sabemos que nos queda la palabra.

 

Marzo abre su azulejo

hacia la luz que cegará.

Hierbas a la espera

de que se abra esa puerta

y al galope.

 

En la ciudad

veo el huerto de una casa

abandonada por los que allí

nacieron.

Olvido se resiste

quiebra el pensamiento

acumulado en el horizonte.

 

Pozo a la derecha

peral centro de la savia

al fondo tres higueras

palmera cierra norte

sobre mi cabeza la vid

y a la izquierda un portal

enorme de golondrinas

que lo custodian.

 

Marzo viene provocador

a la ciudad

que no me pertenece.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario