miércoles, 10 de diciembre de 2014

LUISITO EL DE POZALDEZ



Era pequeño de cuerpo y en el Siglo de Oro hubiera sido un pícaro de buen corazón, incapaz de engañar a nadie. Luis García Mongero era tan sólo un juglar que llevaba sus coplas y su alegría por donde quiera que iba. Yo no lo conocí aunque vivió hasta el año 2005 en que se subió a los cielos para seguir cantando coplillas, pero mi padre y mi abuelo lo recordaban mucho y siempre me hablaban de este personaje que no pasará a los libros de historia, pero que forma parte de la historia de la provincias de Ávila, Salamanca, Valladolid y Zamora. Según mi abuelo Luis, este buen hombre  llegaba, más o menos, hasta Laguna desde el Pinar de Antequera y a Boecillo, desde Viana; hasta ambos pueblos viajaba Luis en tren, que era su medio favorito. Pero recorría otros muchos lugares echando sus coplillas y sus bailes. Si en una entrada anterior hablábamos de John Balan, en esta os quiero hablar de Luisito el de Pozaldez. Ahora les llamarían frikis, pero antes eran hombres sencillos, buenas gentes, que contra nadie atentaban y que repartían alegría de gratis entre sus paisanos. Y eran tan machadianos que un día como tantos descansaban bajo la tierra. ¿No os parece bastante?

 

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