domingo, 22 de febrero de 2015

EL AMOR EN HERMANN HESSE


Hermann Hesse es un viejo amigo que conozco desde los dieciséis años cuando, recomendado por una amiga de la familia que era psicóloga, leí El lobo estepario y, por qué echarme ahora flores, no lo entendí mucho. Luego vinieron Demian o Bajo las ruedas y, sobre todo, su poesía que me impactó y me sigue impactando aunque en España no es muy conocida y que me llegó gracias a Richard Strauss que puso música a algunos poemas en sus Cuatro últimas canciones. El otro día en Sandoval, esa trinchera en la que resiste Miguel, el gran librero de Valladolid, encontré un librito pequeño de Austral básicos y me lo compré. El librito se titula Cuentos de amor y su autor es este autor alemán del que vengo hablando desde el comienzo de la entrada. Y no me ha defraudado pues el autor escribe diferentes cuentos con diferentes amores que, al juntarse en esta edición, forman una especie de precioso camafeo de gran valor. Adolescentes con sus primeros besos, el amor del bajito y acomplejado Herr Onhgelt o esa niña que ve el amor maduro de dos amantes, uno apasionado y el otro ya de vuelta de todo y, al contemplar el amor así, en estado crudo, sufre una fascinación o reacción extraña que la lleva a  comenzar a dar vueltas alrededor  de la pareja. No estamos ante cuentos rosas sino ante relatos breves de amor de gran calidad. Y, por cierto, estamos ante amor, precisión muy necesaria en estos tiempos en que sexo y amor se confunden siendo ambos tan necesarios para el hombre, pero con el consiguiente discernimiento entre uno y otro y con el consiguiente conocimiento de su correcta ubicación.

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