sábado, 28 de marzo de 2015

EL SEÑOR SOMMER Y LA MUERTE




Leí hace tiempo en Suances el libro de Patrick Süskind El contrabajo y me quedó un regusto a libro divertido que aún me dura. ¡Qué peripecias las de ese pobre contrabajista con el contrabajo en su casa que parece que le vigila en todo momento! Sin embargo y pese a esta buena impresión, no había vuelto a leer a Süskind. Pero el otro día, hablando con Francisco Hernández Ovejero, culto compañero del Instituto, me refirió lo interesante que era el libro La historia del señor Sommer, de Süskind también,  y me puse a ello.  El libro me ha parecido fantástico porque va contando historias de la infancia llenas de gracia (su cita con Carolina Kückelmann o la hilarante historia del moco de la señora Funkel en la tecla de fa sostenido, una de las mejores historias que he leído nunca) con la marcha perpetua del señor Sommer que cruza de manera transversal todo el libro. Sommer evita el suicidio del protagonista después del episodio del moco y un buen día Sommer se suicida en el lago. Nadie sabía por qué andaba y pensaba que era por claustrofobia, pero la realidad era muy otra: andaba y andaba para huir de la muerte. Pero no sabía Sommer que la muerte, como dice el viejo cuento, siempre nos espera en Samarcanda o, sin ir más lejos, en cualquier lugar.

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