lunes, 26 de octubre de 2015

PÍO NONO Y FRANZ LISZT


Sabido es que Franz Liszt, tras una vida no precisamente santa, decidió entrar en religión y  recibir las órdenes menores. Estaba en Roma Liszt y el papa Pío Nono fue el encargado de confesarlo. El papa que, por lo que os voy a contar, tenía sentido del humor además de haber dado nombre a unos deliciosos pasteles que, aunque originarios de Granada, también se pueden adquirir en la madrileña y serrana villa de Miraflores de la Sierra, metido en el sacramento de la penitencia con el músico desde hacía un buen rato y después de que el músico húngaro le hubiera relatado parte de su bien nutrida lista de amantes y amoríos que, sin llegar a las diez mil de algún macho ibérico oficial, no debía de ser manca, es fama que le dijo al músico: “Basta ya, querido Liszt, tengo suficiente. Confesad el resto de vuestros pecados al piano”. Y lo que ya no se cuenta es cuánto tiempo estuvo don Franz tocando el piano tras hablar con el Papa Pío Nono, pero como ya sabemos que tocaba tanto y tan bien…


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