domingo, 17 de abril de 2016

PALABRAS PARA JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO



A Goytisolo lo conocí, como muchos españoles, a través de Paco Ibáñez en  aquel disco del Olimpia de París. Las palabras para Julia han resonado desde entonces en mis oídos como un himno pagano a la vida, a la muerte y a los hijos. Carme Riera hace una antología de su poesía con una buena introducción y un buen análisis de sus libros y la lectura de José Agustín Goytisolo es siempre agradecida. Su madre, Julia Gay, que murió en un bombardeo en Barcelona, marca su memoria con un recuerdo indeleble y aparece en su poesía como un tema del que el poeta no se quiere apartar. Me gustan también esos versos en los que imita a Catulo haciendo una poesía satírica que se echa de menos en castellano. Y me gustan esas palabras para Julia con las que escucho la guitarra de Paco Ibáñez y su voz como entonando una salmodia. Con ellas os dejo.

Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.


Hija mía, es mejor vivir
con la alegría de los hombres,
que llorar ante el muro ciego.


Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.


Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.


Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.


Un hombre sólo, una mujer
así, tomados de uno en uno,
son como polvo, no son nada.


Pero yo cuando te hablo a ti,
cuando te escribo estas palabras,
pienso también en otros hombres.


Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.


Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.


Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.


Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.


La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares,
tendrás amor, tendrás amigos.


Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.


Perdóname, no sé decirte
nada más, pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.


Y siempre, siempre, acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.


 

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