domingo, 31 de julio de 2016

EL CANTABRÓN







Pedro de Escalante y Huidobro fue un político cántabro que llegó a Presidente de la Diputación de Santander en 1962. Impulsó la investigación histórica en Cantabria e impulsó también la idea de que Santander pasara a denominarse Cantabria. Recordemos que lo que hoy conocemos como Comunidad de Cantabria se había conocido antes como La Montaña y después como la provincia de Santander a secas, incorporada en los mapas de la época y en los hules de las mesas camillas, como aquella que tenía mi abuela María en Laguna de Duero, en Castilla la Vieja. No estaba esto fuera de lugar pues desde siempre había sido Santander el puerto de Castilla y por Laredo habían  llegado y partido las escuadras de Castilla que mandaban aquellos almirantes de Rioseco, los Enríquez, que nuca vieron el mar. Pues bien, este señor Escalante tuvo tan genial idea antes que Miguel Ángel Revilla y luchó por llamar a Santander Cantabria con tal denuedo que, amistosamente, lo denominaron el cantabrón.

         De lo que no se puede dudar es de que don Pedro era un enamorado de Cantabria y, en el año 1966, se le ocurrió construir un teleférico en Fuente De, en el valle lebaniego de Valdebaró, con la idea de acceder con más rapidez al macizo central de los Picos de Europa. El ingeniero fue José Antonio Odriozola Calvo, nacido en Santander, pero de familia lebaniega, de Espinama  para más señas al que conocí como presidente de la Federación Española de Montañismo cuando lo era de honor el inefable Pepín Folliot, el madrileño de Burdeos.

         Hoy en día se puede ver, casi escondido, un monumento a Pedro de Escalante en la estación del teleférico. Y es una suerte que esté bien escondido porque don Pedro “posó” con el uniforme de Falange y, eso es políticamente incorrecto. Por cierto y para terminar, deciros que era un buen escritor y que tiene una obra, Cuaderno de bitácora, que estoy deseando leer. Cuando la lea, ya os contaré.

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