lunes, 7 de agosto de 2017

NICOMEDES SANZ Y RUIZ DE LA PEÑA




Me he terminado de leer un libro de sonetos de Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña, amigo de César Medina – Bocos y de don José Jiménez Lozano y me ha sorprendido mucho que este autor vallisoletano esté incluido en La Historia de la Literatura Fascista de Puértolas. ¿Qué “méritos” ha hecho el bueno de don Nico para aparecer como fascista? ¿Es que ya el ser de Valladolid (Fachadolid para algunos) es  un grado?¿Qué tiene de fascismo la obra de este hombre que canta  la primavera, las alondras,  los campos, es decir, lo que cantaban los poetas hasta que vino la moda de hacer poemas con penes, vulvas y orgasmos? A lo mejor, Nico era de derechas, pero el ser de derechas no significa sin más el ser fascista. Vamos a cuentas: el fascismo fue un movimiento político de apenas trascendencia en España aunque ahora quieren ponerle de fascista a propio Gil Robles ( que coqueteó con él, pero que no lo fue) y hasta le enmiendan la plana a Araquistáin, el dirigente socialista cuando decía que en España no existía un peligro fascista. Pero claro,  la idea de los camaradas sombríos con cara de estreñidos es hacernos creer que, en 1934, se “alzaron” los fascistas en España (eran cuatro) y que por eso vino la revolución de ese año. ¿No sería justo al revés, es decir, que una parte de la izquierda, que no aceptó desde el comienzo de la República la legitimidad democrática y que buscaba una revolución al estilo ruso, se lanzó a un “alzamiento nacional” frente a los resultados adversos en la elecciones? Pero me estoy yendo del tema que es que al pobre Nicomedes ( Nico para los amigos) lo meten en el saco del fascismo cuando no  fue fascista. Puértolas tenía que haber titulado el libro Historia de la Literatura de Derechas, pero se le fue la olla; mejor dicho, enseñó la patita de cordero, pero por debajo se le veía la de lobo. Sí, porque Puértolas, como los camaradas sombríos, al que no es comunista y lucha por la “libertad”, lo llama fascista. ¡Pobre don Nicolás y sus poemas tan clásicos, de tan buen gusto, de tanto sabor castellano! Yo le aprecio mucho y creo que su nieto César Sanz, el de Difácil, debería defender a su pobre abuelo de tamaña bestialidad. Dixi.

 

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