sábado, 30 de diciembre de 2017

MARIANO VILLANGÓMEZ LLOBET


Conocí la existencia de Marià Villangómez Llobet en ese libro maravilloso de Antonio Colinas que es Memorias del estanque, un lujo en la prosa de Antonio Colinas, el gran poeta leonés. En aquel libro, Ibiza aparecía como una isla idílica de poetas, pintores y músicos y por ella andaban el propio Colinas o Lina Tur Bonet, la magnífica violinista ibicenca. La verdad es que, tras leer las memorias, a uno le viene el deseo de irse a buscar esos amaneceres ibicencos y esos atardeceres en que los amigos de Colinas llenaban su casa para hablar de lo divino y lo humano. Ahora, al leer a este grandísimo poeta, he tenido la misma sensación: ¡qué tierra más hermosa me estoy perdiendo no conociendo las Pitiusas! La poesía de Villangómez es una poesía llena de paisaje de la isla y de paisaje del corazón y, en esta versión de Antonio Colinas, su traductor y valedor en castellano, brota la hermosura como brotaba de aquel estanque del poeta leonés. Villangómez Llobet forma parte de esos escritores de las Baleares como Roselló Porcell,  Lorenzo Villalonga o Baltasar Porcell. Me callaré que hizo la guerra por Franco,  que fue alférez provisional y que, por una ley de aquella época que facultaba a los alféreces provisi

onales a ejercer el magisterio, ejerció de profesor en Cornellá de Llobregat durante muchos años. Para algún pijoprogre, esto que acabo de decir será la razón injusta para enviar al poeta ibicenco al destierro, pero nadie le puede quitar a don Mariano el ser una gloria para las Baleares que  no todo van a ser honderos,  alemanes, sobrasada y ensaimadas.

Y para muestra de su producción, este soneto en catalán que no va a servir sólo para que la Anna Gabriel suelte sus paridas:

 

IX

Sense tu, amor, la glòria d'aquest dia.
Sense tu aquest sol tebi, clar i madur.
Sense tu l'oratjol que el mar envia
i la sentor que de passada duu.

Sense tu aquesta mica d'alegria
que m'escalfa per dins, foc insegur.
I fins la ment, que amb el teu nom s'omplia,
gairebé riolera sense tu.

I sense tu, que és curta la volada
del meu goig! La mesquina flamarada
manca d'ardor i s'apaga en un moment.

Perquè tu n'eres l'ànima, ara absent.
I entre el dia alià, una altra vegada,
vaig per fondals d'etern enyorament.

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