jueves, 25 de enero de 2018

EL DIALECTO CASTELLANO DEL SUR ABULENSE



Cuando un servidor llegó a Ávila, había una chica en clase a la que, durante los primeros días creía andaluza. Un día que le dije que de qué parte de Andalucía era, me contestó que era de Arenas de San Pedro. Y es que en el sur de Ávila se habla el castellano de una manera especial que a mí, en mi incultura juvenil, me pareció andaluz. Luego, a medida que fui adquiriendo algo de cultura ( no mucha, no nos pasemos) me creí que el habla del sur de Ávila era extremeña y así lo he creído hasta que llegó a mi ordenador un artículo que es resumen de la tesis que Raquel Sánchez Romo dedicó a este tema en la Universidad de Salamanca. En el artículo, la profesora Sánchez Romo - que es de Mombeltrán-  y que, por tanto, sabe de lo que habla porque lo habla, nos aclara que la variedad lingüística del sur de Gredos es diferente de la variedad lingüística de los territorios de la Vera cacereña. Así expone ella los que son rasgos comunes:

El sur abulense y el extremeño comparten numerosos rasgos en todos los niveles gramaticales, pero me limitaré a indicar algunos de los fenómenos fonéticos no estándares en este breve bosquejo. Ambas variedades presentan un desarrollo pleno de las características más representativas del español sureño3: aspiración de consonantes implosivas y del fonema velar /x/, neu­tralización de /r/ y /l/ implosivos y finales absolutas, supresión de -d-, -g- y -r- intervocálicas en numerosos contextos, o abertura de vocales finales.

Las dos hablas participan también de otros usos desarrollados por todo el territorio de habla hispana, como el yeísmo, que resulta generalizado en ambas variedades, aunque en las dos existen puntos dispersos de distinción. Otros fenómenos se conocen también en distintas variedades del español, como la conservación de F- inicial latina, que aquí se manifiesta con una aspirada.

            Y unas líneas más abajo,  habla de los fenómenos lingüísticos divergentes:

 

Por ejemplo, a propósito de la variante articulatoria de /s/, en el sur de Ávila se prescinde de la sibilante apical castellana y se opta por una predorso-dental fricativa sorda con contacto con los incisivos inferiores o por una prepalatal fricativa sorda. En el extremeño, González Salgado (2003: 292-294) señala que las variantes más generalizadas son una ápico-coronal en la alta Extremadura y una coronal en la baja Extremadura, aunque también hay zonas en que se prefiere la variante apical (el oriente cacereño) o una pre­dorsal convexa (en la frontera con Portugal).

Extremadura cuenta con abundantes rasgos distintivos de la variedad de Ávila pues, como ya mencioné, del contacto con otras lenguas o dialectos po­demos destacar rasgos no meridionales que se integran en algunas áreas con la innovación del sur: cierre de vocales átonas finales, conservación del grupo latino —mb—, o conservación de las consonantes sonoras en algunos puntos.

También el sur abulense muestra algunos fenómenos poco frecuentes o desconocidos en Extremadura: sustitución de la [cˆ] del estándar por una palatal africada sorda con el dorso de la lengua en lugar de la prepalatal estándar, ceceo de la labiodental fricativa sorda /f/, cambio de /s/ > /r/ en posición implosiva, o la velarización de la nasal /n/ en posición implosiva o final de palabra, que provoca la nasalización de la vocal precedente.

 

         Maravilloso el artículo que, convertido en una entrada de mi humilde blog,  dedico a mi compañero Cecilio Vadillo que, aunque nació en Francia es habitante de ese paraíso que se llama El Arenal. Por cierto que el inefable Daniel Peces dice siempre en su programa Con la música a todas partes que él es de habla extremeña. Pues no; según esta erudita profesora de las Cinco Villas el habla del sur de Ávila es diferente. Tomemos nota.

 

EL CODEX AESINAS Y HEINRICH HIMMEL


¿Qué razón tenía Heinrich Himmler para enviar un destacamento de la SS a Italia para encontrar un códice al que se conoce como Codex Aesinas?  Sabemos que el lugarteniente de Hitler era muy dado a “curiosas” expediciones como la que hizo al Monasterio de Montserrat mientras su amo y señor estaba hablando con Franco en un vagón de tren en la estación de Hendaya. Sabemos también que, en aquella ocasión,  buscaba el Santo Grial por la similitud entre Monsteserrat y el Monserrate wagneriano. Los nazis eran dados a la búsqueda de este tipo de reliquias y a sí, junto al manuscrito citado, andaban también buscando la lanza que hirió el costado de Cristo. Pero, volviendo con nuestra historia: ¿qué contenía ese códice? Pues, ni más ni menos que la Germania de Tácito en la que Himmler había leído, supongo que traducido al alemán, el siguiente texto:
"Estoy casi convencido de que los germanos son indígenas y que de ningún modo están mezclados con otros pueblos [...]. Al no estar degenerados por matrimonios con ninguna de las otras naciones, han logrado mantener una raza peculiar, pura y semejante solo a sí misma; de ahí que su constitución física, en lo que es posible para un grupo tan numeroso, sea la misma para todos: ojos fieros y azules, cabellos rubios". (Traducción de José María Requejo)
         A Himmler se le alegró tanto el pajarito de la xenofobia que apuntó en su cuaderno:
"Volveremos a ser como éramos",
         Y, ¡hala, persona que no era de esa guisa se le mandaba a las cámaras de gas en un quítate de ahí esas pajas!
         ¡Pobre Tácito! ¡Cómo se iba a imaginar que con esta obra que escribió se iba a convertir en texto de cabecera de unos perturbados!
         Tácito se adelantó a su los nazis con espíritu visionario y así retrata el amor de los germanos por los sacrificios humanos (Auswitz es un ejemplo); de los costumbres tan salvajes que tenían o de su “afición “ a la bebida (el Oktoberfest nos sirve de ejemplo) y a la poca higiene ( Esto lo desconozco).
         Si es que estos nazis no me leen nada, como diría el irrepetible don Enrique Tierno Galván.

LA OLEZA QUE QUIERO



Si yo pudiera, en esta mañana de enero en que está lloviendo en Olmedo, me marcharía a Oleza, a la ciudad en la que está la tienda de doña Corazón Motos,  esa tienda “florida y cuidada por doña Corazón como si adornase un altar del Mes de María”. Esa tienda en la que “vendía también canela, azúcar, mariposas de lucernas,  bulas, rosarios, devocionarios, estampas, dijes, estrellas, de anís, panes y libros de hostia, potes de miel y confitura…”


Si yo pudiera, me asomaría a una ventaba de Oleza y “vería un huerto albardillado, fresco y monjil del que entraba olor de naranjos, de higueras, de heliotropos, de jazmines…”
Si yo pudiera, me iría con don Magín y pararíamos ante el horno de Visitación y presenciaríamos “la segunda cochura aspirando el pan reciente, embebecido con la charla de anacalos y mozas que heñían la masa en los hinteros que daban el fresco olor de la harina”.
Si yo pudiera, me subiría a uno de los montes que rodean a Oleza y , sentado, con la vista en el pueblo, leería este pasaje de Nuestro Padre San Daniel, la gran novela de mi muy admirado Gabriel Miró:
“Crujía el aire serrano. Subían, deshojándose en la altitud, los rumores del pueblo y del contorno: la palpitación de un molino, el alarido de un pavo real, el repique de una fragua, un retozo de colleras de una diligencia,  una tonada labradora,  la rota quejumbre de las llantas de un carro, un berrinche de criatura, un hablar y reír de dos hidalgos que se saludaban desde un huerto a una galería, y campanas anchas, lentas, menuditas, rápidas. Sobre la tarde iba resbalando el fresco retumbo de las presas espumosas del río.

         ¡Ay, si yo pudiera, mi querida Oleza, la tierra tan hermosa en donde huele a palma y a chocolate, a buñuelos y a acequia,  a la verbena y al anís, al pan y a la tierra preparada para ser madre!  Oleza, ciudad en la que se huele el olor de junio que es el olor de la felicidad. ¡Ay, si yo pudiera…!

martes, 23 de enero de 2018

ROSA CHACEL Y SU NOVELA ENSAYO





Quiero hablaros de dos novelas de Rosa Chacel: Memorias de Leticia Valle y Barrio de Maravillas. La segunda la había leído hacía bastantes años y la segunda, pese a conocerla por la película que supuso el debut de Emma Suárez, no la había leído. Vayamos con la primera.
         Leticia es una niña vallisoletana cuyo padre ha vuelto mutilado de la guerra. En aquella casa sin madre, Leticia vive con su padre y con su tía. Hay también unas tías mayores a las que la niña visita en el Valladolid de la posguerra. Cuando la familia decide irse a Simancas, Leticia conocerá a las gentes del pueblo, pero también conocerá a don Daniel, el marido de su maestra particular, con el que sentirá algo muy especial, más admiración intelectual que nada relacionado con la atracción sexual -y aprovecho para decir que no hay, a mi modo de ver,  entre don Daniel y Leticia ningún tipo de “carnalidad” y que lo que sí existe entre ellos es tan sólo una admiración que la niña siente por alguien mayor en conocimiento. No obstante, si se diera esa atracción sexual, estaría ésta en las miradas de don Daniel que, obviamente, no podemos ver en el libro por muy bien que escriba Chacel. . No es por tanto Leticia un adelanto de la Lolita de Nabokov como erróneamente se ha dicho en demasiadas ocasiones. Leticia, recordemos que estamos en plenos años cuarenta, sí que es una mujer adelantada a su tiempo que tiene por objetivo ser algo más que una simple ama de casa. La profesora Carmen Morán Rodríguez, como bien cita Gonzalo Álvarez Pereletegui de la UVA,  ve en Letivia el “núcleo gordiano del antifeminismo de Rosa Chacel que considera que la mujer tiene que tomar su papel social sin ni siquiera exigirlo. Por otro lado Morán Rodríguez, ve en el personaje de don Daniel un trasunto de Ortega que tanto influyó en la escritora vallisoletana en sus novelas-ensayo si se me permite nombrar así a las novelas de Rosa Chacel en las que lo intelectual y lo filosófico le dan a su escritura una situación cercana al ensayo.
         De Barrio de Maravillas, deciros que en esta ocasión son dos niñas, cercanas ya a la adolescencia, las que protagonizan una novela en donde el ensayo filosófico está muy presente con numerosas reflexiones que, para algunos lectores poco avisados en este género, enturbian el normal desarrollo de la novela. Es cierto que el estilo de Chacel no es sencillo, pero su lectura, que tiene que ser obligatoriamente reposada y sin prisas, tiene momentos de gran brillantez, de hermosas miradas de poeta y de filósofo. Clara Janés dice que esta es una novela en la que la luz es una protagonista más y tienen razón.
         Ambas novelas no están de moda. Ya lo sé, pero me gusta lo que no está de moda porque lo que está de moda es alimentarse con la bazofia que aparecen entre los libros más  vendidos y en  sombras y pilares de la tierra no gasto mi tiempo.

martes, 16 de enero de 2018

JESÚS CARBALLO GARCÍA, O FILLO




Érase una vez un muchacho de Moaña que quería ser gimnasta allá por los años sesenta. Este muchacho tenía un amigo que le enviaba desde Madrid, en donde estudiaba, dibujos y esquemas de ejercicios gimnásticos que, con diligencia, aquel muchacho gallego repetía en las playas de su tierra. Todo había comenzado cuando ese amigo, que llegaría a ser un afamado biólogo y que era hijo del “barbudo señor de Tirán” en palabras de don Álvaro Cunqueiro, preparó unos rudimentarios aparatos gimnásticos en el jardín de su pazo. O Fillo, que así lo llamaban al muchacho de Vilela y que había practicado el fútbol en el Alondras de Cangas y que había hecho piragüismo en la ría de Vigo, decidió que aquello sería su deporte y, cansado de ejercicios “virtuales”, un día decidió subirse en uno de aquellos camiones del pescado que iban a Madrid y llegarse hasta la residencia en la que habitaba Javier Castroviejo que lo camufló en su habitación y Jesús, o Fillo, vivió camuflado durante tres meses. Pero las ganas de practicar su deporte lo podían todo y Jesús logró una beca para la Residencia Blume, cuyo nombre era el de esa gloria de la gimnasia española, Joaquín Blume, el hombre que entrenó hasta en el día de su boda. Aquel muchacho gallego de la parroquia de Tirán empezó a ganar trofeos y fue campeón de España en barra fija en 1965, 1966, 1967 y 1968. O rapaz non tiña ainda venticatro anos. Estuvo en el Mundial de Dortmund, estuvo en los Juegos Mediterráneos y estuvo en la Olimpíada de México en 1968. O Fillo se había convertido en una gloria de la gimnasia en España cuando en este país aún se confundía la gimnasia con la magnesia. Y llegó, como años más tarde le ocurriría a su hijo Jesús, una desgraciada lesión que lo aparataría de la gimnasia, pero lo convertiría en seleccionador de España, primero con los chicos, luego con las chicas, y en ese cometido ha estado hasta hace bien poco. Don Jesús Carballo García, o Fillo, fue profesor mío de gimnasia en el Colegio del Sagrado Corazón y me dejó una afición por la gimnasia que aún mantengo. “El Carballo”- como le llamábamos aquellos adolescentes sin corazón- tenía una elegancia en los andares que enamoraba a las madres de los alumnos que esperaban a sus hijos en aquel patio enorme que miraba hacia la calle Colombia. Aún sigue haciendo deporte porque, como dijo Virgilio, cruda viridisque Deo senectus, para un Dios la senectud está llena de vigor. ¡Y que sea por muchos años, campeón!

sábado, 13 de enero de 2018

LAS MURRIAS Y RAREZAS DE LOS PLATONES





Siempre, desde muy pequeño, oí hablar de las rarezas de los Platones y, sobre todo, las viví. Me creía yo ajeno a ellas, pero, con el paso de los años, los genes Platón han empezado a hacer de las suyas y ya las empiezo a sentir.

¿Qué son las rarezas de los Platones? Pues una murria extraña que nos viene de vez en cuando y que nos hace andar un tanto tristes y cabizbajos, comer en estado meditativo ( en casos extremos, dejar de comer) y tener abominación al ruido. Luego, cuando la nube de melancolía pasa, volvemos a ser más o menos normales y hasta algunos dicen que buenas personas. Investigando por algunos viejos libros de historia y por legajos cosidos “a diente de perro” he descubierto algunas cosillas que podrían explicar estas rarezas. Pues resulta que los Platones provenimos de Guipúzcoa y que, allá por el siglo XV  se mezclaron en el brote herético que surgió en el Duranguesado. Parece que estos herejes estaban relacionados con los fratricelli  italianos y que todo arrancó con Alonso de Mella tal y como dice don Carmelo Echegaray: Siendo este niño (Alfonso de Mella), fue su padre a Italia con su familia...donde permaneció bastantes años. Se sospecha de que allí vino Alfonso contaminado de los errores de los fraticelos...vino a Durango a realizar sus perversas ideas...sus dos errores fundamenrtales, es decir: comunidad de bienes y de mujeres...

         El doctor. Montalvo en su Comentario al fuero real, dice: Item nunc nostris temporibus in dominatione Vizcayae, quidam vizcayni sunt de haeresi damnati; non tamen propter hoc omnes illi sunt universaliter haeretici. Así lo traduzco al castellano:  Ahora también en nuestra época, en la zona de Vizcaya, algunos vizcaínos han sido condenados de herejía; sin embargo, no por esta razón todos ellos ( los vizcaínos) son en su mayoría herejes. Estos herejes se adelantaron a la Reforma de Lutero y po una causa u otra, los Platones estuvimos entre aquellos protestantes avant la lettre  y con ellos nos tuvimos que marchar hacia el sur, nunca mejor dicho, huyendo de la quema : En agosto de 1444 fueron quemadas trece personas y otras muchas se retractaron. Alfonso y un grupo de mujeres logró escapar hacia Andalucía y, más tarde hacia el norte de África.

         Pues los Platones, en ese viaje,  huyendo de la persecución, se llegaron a Boecillo y en él se establecieron a principios del siglo XVI tal y como se podría atestiguar en los libros perdidos de la parroquia de Boecillo, pero que se atestigua en los conservados desde principios del siglo XVII.

         Y contada esta historia, ¿no pensáis que quizás esas murrias de los Platones nos vienen por nuestra condición de perseguidos, de huidos de los valles ubérrimos del norte, de exiliados del paraíso de montañas  y prados?¿No vendrán las rarezas de ese miedo de nuestros antepasados a que los prendieran (valgan los dos sentidos)?¿No seremos un poco raros porque tenemos la melancolía del errante?

         En fin, lo dejo porque el asunto hace que me ponga triste, con una de esas murrias de los Platones…

martes, 9 de enero de 2018

EL CHIQUET DE BURRIANA O TARANCÓN AL PAREDÓN





Don Vicente Enrique y Tarancón era hijo de labradores de Burriana, Castellón. Vicente fue siempre un chiquet despierto y fue ordenado sacerdote en Vinaroz, un primero de noviembre de 1929 cuando tenía 22 años. Vicente pasó a ser coadjutor y organista en la parroquia de Vinaroz. Durante la Guerra Incivil apoyó a Franco y, tras la toma de esta ciudad por las tropas nacionales, volvió a su parroquia y desde allí pasó al arciprestazgo de Villareal, en julio de 1943. Tenía tan sólo treinta y seis años y con dos más fue nombrado obispo de Solsona. Fue el obispo más joven de Espñaa y nadie pudo acallar su voz. Se dio cuenta de que algunos miembros del gobierno se enriquecían con el estraperlo y con el manejo de las cartillas de racionamiento. Y publicó la pastoral social, que hemos publicado en una entrada anterior, El pan nuestro de cada día. La pastoral, muy dura,  sienta mal al gobierno de Franco que “castiga” a Tarancón durante dieciocho años en esa diócesis. De nada le valieron las protestas y, cuando Vicente le preguntó al nuncio de su Santidad, monseñor Cicognani, que cuándo le sacarían de Solsona, el nuncio le dijo: “Mira, hijo, hasta que los del gobierno no digieran el pan…” Participó en el Concilio Vaticano II y recibió el apoyo de Pablo VI. En 1969, llegó a ser Arzobispo de Toledo y cardenal Primado de España. Tras la muerte de Casimiro Morcillo, asumió la presidencia de la Conferencia Episcopal Española. Luis Carrero Blanco murió asesinado en 1973 y, durante su funeral, se oyeron aquellos estúpidos gritos de ¡Tarancón al paredón!, santo y seña de la canalla involucionista en España. En 1974 brota el “caso Añoveros”: el obispo de Bilbao es detenido y el gobierno quiere mandarlo al exilio. La causa, otra pastoral como la que de don Vicente había escrito casi veinticinco años atrás. Intenta hablar con Arias Navarro, pero no lo consigue y será Marcelo González Martín, su sucesor en Toledo el que consiguió hablar con el gobierno y frenar la expulsión. Aún más odio le tomaron cuando, tras la toma de posesión del anterior rey, Juan Carlos I, en su homilía, defendió la democracia en España lo que le valió la etiqueta de “rojo, enemigo del Régimen y compadre de los etarras”.


         La Santa Sede había apoyado a Tarancón, pero con la elección de Juan Pablo II,  don Vicente fue abroncado por el polaco que era más partidario de la influencia de la religión en el Estado. Esta “bronca” tuvo lugar en 1985, cuando don Vicente fue  a Roma a presentarle su dimisión que le llegaría poco después, tras el viaje de Juan Pablo II a España y el triunfo de Felipe González en la elecciones.


         El chiquet se retiró a su tierra natal para escribir sus memorias que llevan el muy agustino título de Confesiones. Murió en 1994 a causa de una bronquitis.

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA




Un joven obispo de Solsona, se da cuenta de que la situación en la España de los cincuenta es de suma injusticia pues, mientras unos pasan hambre con los racionamientos, otros se enriquecen con negocios ilícitos. Este joven obispo de Solsona se acuerda de su Maestro, de aquél que trajo la voz para los oprimidos por el poder, de aquél  que dio la vida por  los demás, del Rabí que nunca dejó de decir la verdad porque ni en la Cruz acallaron su voz y se pone a escribir una de las cartas pastorales más duras que se hayan publicado en España y también más cargada de razón y de sentimiento cristiano. Frente a los cristianos fingidos que se aprovechaban del pueblo, don Vicente Enrique y Tarancón no puede callar y habla;  ¡vaya cómo habla!

CARTA PASTORAL DEL OBISPO DE SOLSONA

 

No podemos callar… No nos apartamos de la línea de conducta del Maestro cuando lanzamos nuestro anatema contra todos aquellos que sean culpables de que a los obreros y a los pobres les falte lo necesario para vivir. (…) Queremos que vean que el corazón de su Obispo compadece sus angustias y que la voz de su Obispo se levanta, valiente y decidida, para defender su causa. (…)

No es nuestro propósito estudiar este problema en su aspecto técnico y económico, ya que este aspecto escapa a nuestro ministerio episcopal… Ni pretendemos hacer literatura fácil y demagógica, cosa muy sencilla por cierto, para excitar las pasiones; lo cual sería impropio de un Obispo de la Iglesia y aun de toda persona honrada…

Los alimentos de primera necesidad no se racionan en cantidad suficiente ni con mucho, para atender a las necesidades de las familias. Y aunque a precios elevados no resulte difícil encontrar pan en abundancia y los demás alimentos, los obreros, los empleados, casi todos los que viven de un jornal o de una nómina, no pueden adquirir esos alimentos a los precios exorbitantes a que los ha puesto el egoísmo de muchos.

A nadie podía extrañar que al salir de la guerra tuviésemos que sufrir una serie de privaciones que eran consecuencia necesaria de la misma. (…) Pero han pasado más de diez años desde entonces
Durante estos diez años son bastantes los que se han aprovechado de la escasez para hacer grandes negocios. Algunos no han sabido utilizar los resortes que la autoridad ponía en sus manos para evitar esos males, cuando no los han agravado con su conducta… El remedio está en el reinado de la sinceridad, de la honradez, de la justicia, de la caridad…

El ejemplo de los de arriba tiene una influencia extraordinaria en la sociedad. Y éste es el primer paso, quizá el más importante, que se ha de dar con decisión y energía para solucionar el problema. Todos los que ejercen algún cargo o tienen alguna responsabilidad o alguna preeminencia social deben dar ejemplo de austeridad, de honradez, de espíritu de justicia y caridad. Porque ¿con qué derecho y, sobre todo, con qué fuerza van a imponer y van a exigir a los demás la austeridad y la honradez si ellos no las practican? …es evidente que el fin propio y peculiar de la autoridad civil es procurar el bienestar material y social de sus súbditos.

El Estado tiene un fin natural y humano; la Iglesia tiene un fin sobrenatural. El Estado ha de procurar el bien temporal de sus súbditos, la Iglesia el bien eterno. Y así como sería desordenado que la Iglesia buscase tan sólo el bienestar material de sus fieles, olvidándose de su finalidad sobrenatural y religiosa aunque con ello hiciese un bien humanamente a sus súbditos, así también sería desordenado que el Estado atendiese preferentemente al bien religioso de sus súbditos, descuidando y olvidándose de su bienestar material y humano que por su misma naturaleza le corresponde.

Por eso la autoridad civil no puede cruzarse de brazos ante esa realidad angustiosa que aflige a una parte de la sociedad, ni puede dejarse vencer por las dificultades que opongan la malicia y el egoísmo de los hombres al cumplimiento de esta sacratísima misión. (…)

No pretendemos censurar ninguna conducta concreta ni poner ninguna dificultad a los que tienen la misión de solucionar estos problemas materiales. Pretendemos, por el contrario, colaborar sinceramente con ellos para que pueda buscarse y encontrarse esta solución. Y estamos convencidos de que es una labor constructiva, en el aspecto religioso, en el aspecto social y aun en el aspecto político, entendiendo esta palabra «político» en su verdadero y altísimo significado, la que realizamos al escribir esta carta pastoral.

No nos hemos propuesto complacer a nadie ni mendigar la gratitud de los hombres.

 

domingo, 7 de enero de 2018

RAFAEL OROZCO




Rafael Orozco Flores habría cumplido setenta y un años el próximo día veinticuatro de enero pues había nacido en Córdoba en 1946. Discípulo de José Cubiles en el Conservatorio de Madrid, Orozco estudia también con Alexis Weissenberg y en 1966, con tan sólo veinte años, gana el primer premio en el Concurso Internacional de Leeds en Inglaterra. Pianistas como Baremboim y directores como Giulini y Karajan se finaron en este chico de Córdoba que apuntaba maneras. Con veintiséis años graba los tres conciertos de piano de Rachmaninov y sus espectaculares Variaciones sobre un tema de Paganini para el sello holandés Philips. Esa grabación, que no me canso de escuchar, es de absoluta referencia para los melómanos y la recomiendo para disfrutar de tan gran pianista y de tan gran músico. Se nos fue en la frontera de los cincuenta, en 1996, y tuvo el buen gusto de morirse en Roma. Hasta para morirse hay que ser artista.

EL ASOMBRO DEL MUNDO



Hace unos días, el Evangelio nos traía una escena archiconocida: los pastores llegan y se admiran y además, al contar lo que les habían dicho de aquel niño, todos se admiran con ellos. Aquellos hombres sencillos no habían perdido la capacidad de asombro tal y como nos lo relata san Lucas:

κα πντες ο κοσαντες θαμασαν περ τν λαληθντων π τν ποιμνων πρς ατος·

 


Y todos los que escuchaban se admiraban de las cosas que les habían dicho los pastores.

 

         En nuestros días, si unos pastores llegan contando una historia semejante en la que faltaba los cámaras de los mass media, nadie lo hubiera creído y, desde luego, no nos hubiéramos asombrado porque ya estamos “curados de espanto”. Nos falta en esta sociedad posmoderna la capacidad de asombro que fue la que llevó a los filósofos presocráticos a buscar el principio del mundo y después ese sentido crítico que hace de la filosofía de los griegos ese texto del que alguien dijo que todo lo que vino después no son sino notas a pies de página.

         Lo dicho: a admirarnos del mundo.

 

MIS SALTOS EN GARMISCH- PARTENKIRCHEN


Siguiendo en la misma línea de la entrada anterior, os confieso que un servidor no sólo veía el concierto de Año Nuevo, sino que nunca se perdía la competición de saltos de Garmisch- Partenkirchen, la bella ciudad bávara en donde vivió Richard Strauss. Para un niño como era yo por entonces enamorado de la nieve, ver aquel trampolín gigante y aquellos saltadores que volaban más de cien metros era un espectáculo que estaba esperando todo el año sobre todo porque el único trampolín de saltos que conocía era el que estaba en la pista del Escaparate de Navacerrada en donde Ricardo Vicente-Arche se había proclamado campeón de España por los años cincuenta, tal y como me contaba el gran Pepín Folliot. El concurso de saltos se celebraba mientras comíamos y terminaba sobre las tres, un poco antes de que repitieran el especial de Nochevieja de TVE, por entonces – Deo gratias- la única cadena que había en España y en el que no faltaban los chistes de Pajares, Esteso y, más adelante, la empanadilla de Martes y Trece. O tempora, o mores!

 



viernes, 5 de enero de 2018

EL CONCIERTO DE AÑO NUEVO DE VIENA


No hay Año Nuevo sin el concierto desde el Musik Verein de Viena, diga lo que diga Inés Mogollón que, el año pasado, hacía remontar este concierto a los gerifaltes nazis de antaño. No hay Año Nuevo sin ese concierto de valses que remata con la marcha de Radetzky; no hay año nuevo sin la gente aplaudiendo al compás de la citada marcha, esa que busqué en la exigua sección de discos de los Almacenes Arias de la calle de la Montera, aquéllos que se quemaron un mal día de septiembre. No había Año Nuevo sin esa música mientras mi abuela Patro guisaba una sopa con las cabezas de los langostinos – ese obscuro objeto del deseo de los setenta- que habían quedado de la noche anterior. Ya sé, cara Inés, que los valses no son la mejor música del mundo, pero escuchar el Danubio Azul mientras me llegaban los efluvios de la comida es algo que no puedo olvidar. Por eso, cuando este año Ricardo Mutti daba comienzo al concierto, pensé que mi abuela estaría empezando a preparar la sopa en su Chamberí celeste y que mis abuelos paternos estaban entrando por la puerta con una caja de rosquillas de manteca de las que aún hace- magistralmente- Ana Luisa, la hija de Jani, en Laguna de Duero. También este año – lo siento Inés – he buscado mi vieja cassette comprada en los Almacenes Arias y me he puesto la Marcha de Radetzky sin importarme un comino lo que pensarían si me vieran los intelectuales que deberían pensar que alguien que no sabía “nada” de música como era el maestro Pérez de Arteaga era el encargado de retrasmitirlo sin sentir que su prestigio se menoscababa. El que sabe, sabe y no necesita postureos. Así que mis, queridos pijoprogres, he escuchado el Concierto de Año Nuevo desde el Musik Verein Y lo he disfrutado. No os voy a decir que lo siento.